El estado de Rio Grande do Sul, al sur de Brasil, vive una emergencia sin precedentes tras intensas lluvias que provocaron inundaciones masivas, dejando más de 100 personas fallecidas y cerca de 400,000 desplazados.
El gobierno brasileño declaró estado de calamidad pública y ha desplegado al Ejército para apoyar las labores de rescate. Las imágenes de casas bajo el agua y personas atrapadas en techos han dado la vuelta al mundo.
Organismos internacionales, como la ONU, ya han ofrecido asistencia. Ambientalistas advierten que eventos extremos como este serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático.